
Tener una piscina es un verdadero placer, pero sin un mantenimiento riguroso, puede convertirse rápidamente en una fuente de problemas. Un agua desequilibrada, equipos defectuosos o una falta de limpieza pueden provocar molestias costosas y perjudicar la calidad del baño. El mantenimiento regular no solo ayuda a mantener el agua limpia y saludable, sino que también prolonga la vida útil de las instalaciones y evita reparaciones costosas. Descubra las buenas prácticas para mantener su piscina en las mejores condiciones.
Preservar la calidad del agua
El agua mal mantenida se enturbia rápidamente y puede convertirse en un caldo de cultivo para bacterias, algas y hongos. Para evitar estos inconvenientes, es esencial comprobar y ajustar regularmente los parámetros químicos del agua.- Comprobación del pH: Un pH desequilibrado puede causar irritaciones y reducir la eficacia del cloro. Debe mantenerse entre 7,2 y 7,6.
- Control del cloro: Un nivel insuficiente de cloro favorece la proliferación de microorganismos, mientras que un exceso puede provocar irritaciones cutáneas.
- Tratamiento antialgas: Un tratamiento preventivo limita la aparición de algas y mantiene el agua cristalina.
- Filtración continua: La filtración elimina las impurezas y reduce la necesidad de utilizar grandes cantidades de productos químicos.
Evitar el desgaste prematuro de los equipos
Los equipos de una piscina, como la bomba, el filtro y los revestimientos, están sometidos a un gran desgaste. La falta de mantenimiento puede provocar su deterioro prematuro y requerir su sustitución mucho antes de lo previsto.- Limpieza de los filtros: Un filtro sucio impide la correcta circulación del agua y aumenta el consumo de energía.
- Revisión de la bomba: Un nivel de agua demasiado bajo o un mal funcionamiento de la bomba pueden provocar sobrecalentamiento y averías.
- Supervisión de los revestimientos: Los revestimientos y las membranas deben inspeccionarse para evitar grietas y fugas.
- Mantenimiento de los skimmers y las boquillas de descarga: Estos elementos garantizan una buena distribución de los productos químicos y deben limpiarse regularmente.
Reducir los costes de reparación
El mantenimiento preventivo permite evitar costosas reparaciones que podrían evitarse con unos sencillos gestos. Una bomba rota, un filtro obstruido o una fuga pueden generar rápidamente importantes gastos.- Inspección periódica: Compruebe las juntas, las válvulas y las conexiones para evitar fugas.
- Supervisión del sistema de filtración: Una bomba mal mantenida puede perder eficacia y requerir un reemplazo prematuro.
- Control de los niveles de agua: Un nivel demasiado bajo puede aspirar aire y provocar el sobrecalentamiento de la bomba.
- Invernaje adecuado: Un mal invernaje provoca daños por congelación, lo que da lugar a grietas y deterioros en el sistema de filtración.
Mejorar la comodidad de la natación
Un piscina bien cuidada es sinónimo de comodidad y placer. El agua debe ser agradable al tacto, sin un olor excesivo a cloro y sin partículas en suspensión.- Un agua clara y sin impurezas: Gracias a una buena filtración y un mantenimiento regular, el agua permanece cristalina y agradable para el baño.
- Reducción del riesgo de irritación: Un pH bien ajustado evita la irritación de la piel y los ojos.
- Un baño seguro: El mantenimiento preventivo garantiza una piscina limpia y sin bacterias, lo que reduce el riesgo de enfermedades de la piel.
- Agua a la temperatura adecuada: Un buen mantenimiento del sistema de calefacción permite mantener una temperatura ideal durante toda la temporada.