
La sauna de infrarrojos es una alternativa moderna a las saunas finlandesas tradicionales. A diferencia de la sauna clásica, que calienta el aire ambiente a altas temperaturas mediante una estufa, la sauna de infrarrojos utiliza paneles de radiación infrarroja para calentar directamente el cuerpo. Esta tecnología permite un aumento más rápido de la temperatura, una mayor comodidad y un menor consumo de energía.
¿Por qué comprar una sauna de infrarrojos?
Cada vez más apreciada por sus efectos terapéuticos, la sauna de infrarrojos es conocida por sus numerosos beneficios. Favorece la relajación muscular, mejora la circulación sanguínea y ayuda a eliminar toxinas. Menos exigente que la sauna de vapor debido a su calor más suave (entre 40 y 60 °C), es accesible para un mayor número de usuarios, incluidos aquellos que no soportan las altas temperaturas. Los modelos disponibles en el mercado, en particular los ofrecidos por Holl's, France Sauna y Havia, se adaptan tanto a espacios interiores como exteriores, ofreciendo soluciones de bienestar en el hogar. Fácil de instalar y mantener, una sauna de infrarrojos puede ser una excelente adición para un hogar o un centro de relajación.¿Cómo funciona una sauna de infrarrojos?
La sauna de infrarrojos se basa en una tecnología que emite ondas infrarrojas similares a las de la luz solar, pero sin emitir rayos UV nocivos. Estas ondas penetran directamente bajo la piel, calentando el cuerpo desde el interior y generando una sudoración intensa, sin necesidad de calentar excesivamente el aire ambiente. Esta calor es producido por paneles infrarrojos situados en las paredes de la sauna. Se distinguen principalmente tres tipos de radiación infrarroja:- Los infrarrojos cortos (IR-A) que penetran profundamente en el tejido muscular para un efecto terapéutico intenso.
- Los infrarrojos medios (IR-B) que actúan sobre las capas intermedias de la piel para mejorar la circulación sanguínea.
- Los infrarrojos largos (IR-C) que calientan suavemente, favoreciendo una relajación progresiva y la eliminación de toxinas.
¿Cuáles son los beneficios de la sauna de infrarrojos?
La sauna de infrarrojos se utiliza por sus numerosos beneficios para la salud y el bienestar. A diferencia de la sauna de vapor, no produce humedad, lo que permite una mejor tolerancia para las personas sensibles a las altas temperaturas. Su principal efecto es la mejora de la circulación sanguínea. Gracias a la penetración de los infrarrojos, los vasos sanguíneos se dilatan, favoreciendo un mejor transporte de oxígeno y nutrientes en el organismo. Esto contribuye a reducir la presión arterial y mejora el funcionamiento cardiovascular. La sauna de infrarrojos también es una excelente manera de relajar los músculos y aliviar los dolores articulares. Las personas que sufren de dolor muscular, artrosis o dolores crónicos pueden beneficiarse enormemente de la reducción de la inflamación y la tensión muscular.Otro beneficio es su acción en la eliminación de toxinas. Al provocar una sudoración profunda, el cuerpo expulsa más fácilmente los metales pesados, los residuos de contaminación y otras impurezas acumuladas a lo largo del tiempo.
Instalación y mantenimiento de una sauna de infrarrojos
Una de las grandes ventajas de la sauna de infrarrojos es su facilidad de instalación. A diferencia de los modelos tradicionales, que requieren una conexión eléctrica potente y un sistema de evacuación de vapor, una sauna de infrarrojos funciona simplemente con una toma de corriente estándar de 220 V.Según el modelo, puede instalarse tanto en interiores como en exteriores. Las versiones de madera maciza, como las que ofrecen Havia y Holl's, aportan un toque de elegancia y autenticidad al espacio de bienestar. Para una instalación en el exterior, se recomienda optar por un modelo tratado contra la humedad y las variaciones climáticas. El mantenimiento es sencillo: basta con limpiar regularmente las paredes y los bancos con un paño húmedo para evitar la acumulación de residuos. Los paneles infrarrojos no requieren ningún mantenimiento especial, salvo una comprobación ocasional del buen funcionamiento del sistema eléctrico.